Curry, eres el mejor, pero, por favor, no vengas a mi instituto. Con estas palabras comenzaba una carta abierta de
El meteórico ascenso en la falsa meritocracia de un deporte como el fútbol americano, donde la juventud es un descrédito.
Curry, eres el mejor, pero, por favor, no vengas a mi instituto. Con estas palabras comenzaba una carta abierta de
El meteórico ascenso en la falsa meritocracia de un deporte como el fútbol americano, donde la juventud es un descrédito.