El comienzo de una hermosa amistad

JJNieto87

“80 días para dar la vuelta al mundo alcanzan y sobran”, declaró Phileas Fogg jugándose la mitad de su fortuna delante de los miembros del Reform Club de Londres, una institución en la que originariamente los liberales británicos se reunían para expresar sus propuestas políticas pero que terminaría siendo un lugar plural, aunque elitista, en el que debatir ideas. Cuesta creer que el meticuloso caballero británico, siempre tan correctamente vestido y puntual, hubiera abordado semejante empresa sin el aliciente de demostrarle a sus colegas lo acertado de sus cálculos, la ausencia de límites en su ambición.

Normalmente la casualidad se basta para explicar todo lo que ocurre con mucha mayor precisión que nuestros enrevesados argumentos. Las soluciones a los problemas son siempre las más sencillas y lo que sucedió, simplemente, tenía que hacerlo. Por otra parte, sería absurdo escaparse a los efectos que el contacto entre determinados artistas juega en la calidad de sus obras. Cuando hay rasgos similares entre ellas, comparten principios y filosofía, se tiende a hablar de corrientes, pero cuando la conexión entre los autores llega a ser íntima lo habitual es hablar de generaciones. Quién no ha oído hablar de la generación perdida, un grupo de escritores norteamericanos que se reunieron en París durante los años veinte; o del trinomio que formaron Dalí, Lorca y Buñuel en la Residencia de Estudiantes de Madrid.

 

Durante muchos años, los entrenadores de baloncesto se parecían a los chicos y chicas de la España rural en el hecho de que eran conocidos no tanto por sus nombres como por ser “hijos” de uno u otro pope de la pizarra.

Los conocerán por la trilogía de El padrino, la saga de Star Wars, películas como La lista de Schindler, E.T, Toro salvaje o Taxi Driver. O quizá por sus nombres: Francis Ford Coppola, George Lucas, Steven Spielberg y Martin Scorsese. Cuatro de los más grandes directores de la historia del cine no se conocían antes de que Brian de Palma, otro gran realizador, los presentara en una cena de navidad organizada por el guionista Jay Cook. Desde aquel día han desarrollado proyectos de coproducción, comparten ideas, se pasan guiones y charlan sobre cine, deporte o religión. Se diría, incluso, que son buenos amigos.

¿Y tú de quién eres? Durante muchos años, los entrenadores de baloncesto se parecían a los chicos y chicas de la España rural en el hecho de que eran conocidos no tanto por sus nombres como por ser “hijos” de uno u otro pope de la pizarra. La lista de descendientes de Adolph Rupp, Dean Smith, Bobby Knight, que bien podría remontarse hacia atrás en el tiempo y llegar al Adán del baloncesto, James Naismith, es inagotable. También lo es, más reciente, la de Gregg Popovich, con nombres como los de Brett Brown o Mike Budenholzer colgando de las ramas. Sin embargo, en un mundo cada vez más globalizado y horizontal, las familias tradicionales están dejando paso a nuevas fórmulas de cooperación y redes de intercambio de información y cuidado mutuo. Las agendas se abren a nuevos nombres haciendo de las fronteras profesionales espacios cada vez más porosos.

En fin, a todo esto de lo que venimos hablando lo llaman ahora networking, es decir, cuidar e invertir en nuestras redes de contactos, tejer relaciones, tender puentes. Pues bien, Valencia, y más concretamente L´Alqueria, sede de la inauguración del I Curso Pro Coach, aspira a ser, al menos durante unos días, ese privilegiado club que nos invite a evolucionar y arriesgar (“80 días serán suficientes), ese lugar de encuentro de la presente y futura generación de entrenadores de nuestro país, esa fibra casi invisible que conecte los cerebros de los allí presentes, sus ideas pero también sus corazones, proporcionando espacios formales e informales donde a buen seguro surgirán charlas que serán el germen de una anécdota, un bonito recuerdo, una oportunidad de trabajo o, mejor aún, una hermosa amistad.

I CURSO PRO COACH
La evolución profesional del entrenador

En un mercado globalizado, la especialización profesional adquiere una importancia total, con competencias propias del mundo profesional y que tengan aplicación a diferentes entornos de trabajo.

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