Organizaciones deportivas: ¿Repúblicas o Imperios?

Zinedine Zidane, último cónsul y primer emperador.

JJNieto87

Zidane se fue del Real Madrid como entrenador y vuelve como director deportivo, investido de todos los poderes. Una vez cumplidas, una a una, las profecías (falta de motivación y de efectividad de su mensaje) que dejó en el aire el día de su marcha, tras haber asistido desde la platea a la caída de Lopetegui, que antes de empezar ya había manifestado un carácter tan ambicioso como servil, y la de Solari, quien decidió morir matando al adelantar la fase de transición que inevitablemente debe afrontar un equipo agotado de ganar, el genio francés regresa a la república de Chamartín convertido en su primer emperador.

Zinedine Zidane en su presentación como entrenador del Real Madrid 2019. Foto GQ

Cada destitución de un entrenador, aunque pueda parecer paradójico, refuerza el valor del colectivo de técnicos. La profesión se precariza y diviniza con cada cambio de pieza.

El relato es bifaz: la confianza en los entrenadores es exigua, pero solo un nuevo entrenador, una simple persona dentro de un enorme organigrama, puede cambiar una dinámica. O eso, al menos, es lo que creen las juntas directivas y los responsables deportivos cuando, en la ausencia de proyecto, “personalizan” las instituciones poniéndolo todo en manos de una cabeza pensante, un símbolo.

Los responsables deportivos creen que, en ausencia de proyecto, una simple persona puede cambiar una dinámica.

Juan José Nieto

Desde luego, cuesta imaginar a dinastías como los New England Patriots o los San Antonio Spurs al margen de Jeff Belichick o Gregg Popovich, pero también es difícil creer que estos estén en posesión de un saber hacer tan excepcional como para incluirlos en un grupo aparte del resto de entrenadores, o para ponerlos por encima del papel llevado a cabo por los jugadores, el resto del cuerpo técnico o la organización en su conjunto.

La elección del entrenador es una de las primeras decisiones que debe tomar un director deportivo, pero antes de eso debería plantearse el papel que este ha de jugar en el seno de dicha organización.

Las dinastías

En instituciones como los All Black el entrenador es el heredero de un patrimonio que debe respetar, el continuador de una tradición a la que se debe, y no de la que se sirve.

Lo mismo sucede en Ferrari o Mclaren, cuyos directores de escudería saben que están al servicio de la marca y al amparo de cuanto puedan hacer ingenieros y pilotos excepcionales.

También en el equipo ciclista Sky o en los multimillonarios proyectos de la Copa América de vela, donde la fe está puesta más en la tecnología y los esfuerzos combinados que en el carisma o liderazgo de un solo hombre.

Por el contrario, aunque compartiendo méritos con grandes estrellas, quien más quien menos sabe de qué equipos hablamos cuando nos referimos a “el Barça de Guardiola”, “el United de Ferguson”, “los Celtics de Red Auerbach” o “los Bulls de Phil Jackson”, uno de los mejores ejemplos, por cierto, de cómo cambiar a un equipo cuyos resultados estaban muy debajo de las expectativas –o de cómo coger un equipo en el momento preciso de madurez, como ustedes prefieran–.

Anillos de Campeón de la NBA de Phil Jackson. Vía Yahoo Sports

Florentino Pérez, en su autoproclamado papel de heredero de Santiago Bernabeu, cree en el origen divino de los poderes, en el valor de los símbolos más que en la racionalidad de los proyectos. Zidane, al menos, ha dado pruebas sobradas de su virtud, conoce la casa y es respetuoso con el fútbol, que tanto le ha dado.

El francés es el sexto de los buenos emperadores, sucesor de Marco Aurelio, pero no faltó mucho para que Florentino, en el cuaderno en blanco que lleva por planificación, anotara el nombre del nuevo Calígula, megalómano y pretencioso, ignorante de los valores del imperio, con un ego que solo pudo terminar como lo hizo el del narcisista original: con una conspiración y una muerte violenta.

¿Acaso puede correr esos riesgos una institución centenaria con un prestigio tan excepcional? ¿Quién hace de contrapeso de los poderes? ¿Quién le invitará a Zidane a ver las cosas desde otra perspectiva?

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