5 claves para enseñar a robar el balón en baloncesto

Conoce 5 claves para enseñar a robar el balón en baloncesto y muchos detalles técnicos para entrenar esta habilidad defensiva tan importante del juego.

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¿Eres de los que piensa que la defensa gana campeonatos? ¿Te gustaría que tus jugadores mejorasen la intensidad defensiva y, por ende, las habilidades de recuperación de balón? Te invitamos a revisar la influencia del entrenador en un aspecto concreto del proceso formativo: 5 claves para enseñar a robar el balón en baloncesto.

Michael Jordan le roba el balón a Karl Malone en la final de la NBA del 98

Nos entusiasman los jugadores como Facu Campazzo, que fue más de una vez líder en recuperaciones con su amenaza constante al balón. Cuatro robos, además de anotación y rebote, han aupado a Irati Etxarri al MVP del arranque de curso en Liga Femenina.

Qué decir de la acción icónica de Michael Jordan sobre Karl Malone en los últimos suspiros de las finales de 1998, que todo el mundo ha visto y elogiado.

Sin embargo, no hay más que acercarse a las canchas de minibasket, o a un partido de cadetes para observar que los entrenadores no alentamos, precisamente, la intención natural de los más jóvenes: ir a robar el balón.

CLAVE 1. ¿LAS MANOS QUIETAS?

Con motivo de la victoria norteamericana en el torneo olímpico de baloncesto, hablábamos de Jrue Holiday y su incesante actividad de manos, algo que caracteriza su juego. Ya sea sobre el hombre balón metiendo manos al regate, o lejos de él, manteniéndose en líneas de pase, bien orientado y con las manos siempre preparadas, abandonando su par para ir al robo cuando el atacante lo pierde de vista, o saliendo al camino con muchas manos en una ayuda. Las del americano están siempre al acecho del balón, como ilustra este corte de su repertorio en la NBA. 

Parecidas intenciones coinciden entre los más pequeños, cuando dan sus primeros pasos en las canchas: van todos a por el balón, siempre; y lo hacen de cualquier manera: desorganizados, atropellados y sin ningún criterio técnico-táctico, sin reparar en la ventaja o desventaja de hacerlo o dejar de hacerlo, van a por el balón sin desfallecer. Si no lo tienen, su único afán parece ser recuperarlo cuanto antes, a riesgo de arrebatárselo al propio compañero.

Un grupo pre mini disputa un balón gigante en un juego de la Copa Andalucía de Valorcesto .
Un grupo pre mini disputa un balón gigante en un juego de la Copa Andalucía de Valorcesto .

Poco después, los entrenadores tratamos de poner orden y de influir en el juego. Bien que hacemos: no en vano este es un juego en espacios reducidos que precisan ser ordenados, defendidos y atacados. Hacia el segundo año premini, o el primero mini, ya se identifica bastante bien la defensa al jugador con balón.

Es durante esta etapa cuando empezamos a repetir litúrgicamente “no metas la mano, Paula”, “deja distancia, Xavi”, “da un metro, Aroa”, “quita las manos, Fernando”…

Mensajes que frenan la tendencia de las chicas y chicos a lanzarse en busca de la pelota -con las manos por delante-. ¿Las manos quietas? ¿Por qué lo hacemos? Probablemente, para prevenir que cometan un error: desproteger la canasta en el intento.

Cuando se trata de defender, a los entrenadores, a menudo, no nos gusta correr riesgos, y sin duda, tener las manos en movimiento es una de las 5 claves para enseñar a robar el balón en baloncesto.

CLAVE 2. DEFENDER LA CANASTA Y ATACAR EL BALÓN: SÍ, SE PUEDE

“¡No vayas a robar y defiende!” ¿Quién no se identifica haciendo esta corrección? Podría interpretarse que recuperar el balón no es defender, o que robar y defender son acciones incompatibles, antagónicas.

Lo que a menudo pretende la entrenadora es que el jugador no se conforme con echar la mano al balón y pararse -tal vez- a continuación, si no tiene éxito.

En cambio, le pide que defienda de manera más activa y consistente el avance del balón hacia la canasta (lo que nos hemos dado en llamar defender bien, aunque dudo de que sea el único indicador de una buena defensa sobre el balón).

5 claves para enseñar a robar el balón en baloncesto. Tiffany Hayes en una acción de recuperación, la mejor jugadora en esta faceta durante la pasada edición de Liga Femenina
Tiffany Hayes en una acción de recuperación, la mejor jugadora en esta faceta durante la pasada edición de Liga Femenina.

¿Defender la canasta o atacar el balón? He aquí el dilema. Sin embargo, no están reñidos.

Atacar el balón, ¿es defender mal? Es posible mantener y desplazarse en una posición y orientación que impida -o dificulte mucho- el avance del balón hacia el aro, a la vez que se logran ventanas y distancias para atacarlo.

No son acciones incompatibles: son complementarias y deberían ser fomentadas ambas.

Sin entrar a valorar el tipo de desplazamiento empleado en la defensa del balón (que merece su propio capítulo), la desprotección de la canasta puede estar mucho más relacionada con otros factores que con el gesto de “meter la mano”:

Hacerlo desde una distancia y rango inadecuados, tener malos apoyos, desequilibrarse, adelantar pies y perder la orientación de la espalda a la propia canasta (hombros, caderas, pies), elevar la posición, erguirse, acercarse en exceso, también dificultades de velocidad gestual, coordinativas y motrices… por mencionar algunos.

Probablemente sean estos elementos los que estén realmente incidiendo a la hora de que la atacante nos sobrepase con el siguiente bote y obtenga una calle hacia el aro, mucho más que el hecho en sí de “ir a robar”.

Tal vez fuera más oportuno analizar y tratar de identificar por qué cuando “metemos la mano” nos dejan atrás y corregir estos factores, que limitarnos a cancelar la intención de la jugadora, sin más. Lógicamente, si no “meto la mano”, me superan menos veces pero, entonces, si no pongo al balón en peligro, ¿realmente estoy defendiendo bien? ¿O sólo acompaño? A día de hoy, que no me superen, ¿es suficiente? Atacar el balón es una de las 5 claves para enseñar a robar el balón en baloncesto.

CLAVE 3. HABILIDADES DEFENSIVAS DEL LADRÓN DE BALONES, ¿NACE? ¿O SE HACE?

El desarrollo de la capacidad para desplazarse impidiendo el avance del balón tiene un componente técnico predominante que, como en casi todo, presenta matices y detalles muy particulares y preferenciales de cada entrenador, y que daría para llenar muchas páginas.

En todo caso, al hacerlo, al entrenar esta capacidad, no deberíamos olvidar y, menos aún, cancelar el desarrollo de la habilidad para robar el balón.

Ricky Rubio robando un balón. 5 claves para enseñar a robar el balón en baloncesto.
Ricky Rubio robando un balón

Probablemente deberíamos reflexionar sobre la idoneidad de lanzar hacia nuestras jóvenes jugadoras el mensaje de que para defender bien no hay que intentar recuperar la pelota (ojo, que la línea es fina).

Es durante al etapa Mini cuando empezamos a repetir litúrgicamente “no metas la mano, Paula”, “deja distancia, Xavi”, “da un metro, Aroa”, “quita las manos, Fernando”…

Óscar Domenech

De la misma manera, el desarrollo de la habilidad para robar el balón tiene mucho, también, de técnica, de ejecución. Pero no menos de trabajo perceptivo y decisional.

CLAVE 4. ENTRENAMIENTO PARA ENSEÑAR A ROBAR EL BALÓN EN BALONCESTO

Como todo, es posible entrenarlo y debería entrenarse. En nuestras tareas formativas al desarrollar los básicos defensivos, es posible incorporar actividades orientadas a identificar (percepción) cuándo estamos en un rango y distancia idóneos para atacar el balón, reconocer cuándo hay una ventana para entrar al balón, trabajar sobre la decisión (cuándo atacarlo) y sobre la ejecución (cómo atacarlo sin conceder ventaja, con más opciones de éxito, qué mano echar, desde dónde y por qué, etc…).

Un trabajo técnico con foco en echar manos sin perder la posición y la orientación, sin adelantar los pies, sin desequilibrarse, un trabajo orientado a impedir determinados cambios de mano y dirección del atacante y castigarlos, a forzarlo al uso de botes defensivos y a proteger constantemente la pelota sin opción a jugar hacia el aro, etc…

Un niño le roba el balón a otro. 5 claves para enseñar a robar el balón en baloncesto

Son muchos los aspectos a trabajar sobre el ataque al balón y su recuperación y que debieran formar parte del entrenamiento defensivo, al igual que los desplazamientos y el control sobre el avance. En este ámbito en particular, los juegos pueden ser una herramienta muy poderosa, tal vez la de mayor impacto.

Los chicos “nacen” con una intención natural de ir a por la pelota, y un talento determinado para robar y podemos canalizarlos correctamente y desarrollarlos mediante el entrenamiento, siendo una de las 5 claves para enseñar mejor a robar el balón en baloncesto.

CLAVE 5. LA PACIENCIA DEL ENTRENADOR DE BALONCESTO

Eso sí, hemos de estar dispuestos a que se equivoquen, ser pacientes, tolerar el fallo y, de vez en cuando, aceptar que, en un intento de robo el jugador desproteja el camino al aro y conceda una canasta fácil.

Los chicos “nacen” con una intención natural de ir a por la pelota, y un talento determinado para robar y podemos canalizarlos y desarrollarlos mediante el entrenamiento.

Óscar Domenech

Al alcanzar la edad júnior o en sénior, querremos que nuestros jugadores sean agresivos sobre el balón, nos convendrá para defender un bloqueo o un mano a mano, necesitaremos poner en problemas a un rival a toda cancha, pretenderemos evitar que un base encuentre buenos pases o, simplemente, en la recta final de un partido, un par de robos nos van a permitir meternos en opciones… mil cosas.

¿Cómo queremos que nos lleguen jugadores con talento y capacidad para robar el balón si nos pasamos todo su periodo formativo impidiéndoles que lo desarrollen? ¿Cómo ayudamos a desarrollar ese talento que tanto nos gusta de Campazzo, Hayes o Holiday?

Desde luego, limitarnos a repetir sin más el consabido “no vayas a robar” no parece que sea el mejor camino.

Sobre el autor

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Óscar Doménech

Óscar Doménech

  • Entrenador Superior de Baloncesto
  • Ingeniero superior de informática especializado en arquitectura de computadores, redes de comunicación y sistemas
  • Más de 20 años entrenando en equipos de formación
  • En la actualidad, entrenador de U.B.Sant Adrià

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